jueves, 3 de septiembre de 2015

Curso de Hebreo - Introducción: Historia y hoja técnica

imagen tomada de aquí

El hebreo es una de lengua de las llamadas semíticas, por hablarlas en su mayoría el círculo de pueblos que la Torá relaciona con Sem hijo de Noé. Dentro de la numerosa familia de las lenguas semíticas, el hebreo es incluido en el grupo noroccidental, y más concretamente en el subgrupo cananeo, junto con el moabita, el fenicio y el ugarítico. El otro subgrupo de lenguas semíticas noroccidentales es al que pertenece el arameo, cuyas similaridades con el hebreo aún son evidentes, aunque algo más distantes que con el fenicio.

El idioma hebreo es, pues, una de las variantes dialectales del cananeo, idioma más antiguo que el hebreo clásico, pero emparentado con él, y hablado también por los fenicios, moabitas, amoritas y edomitas, hablado en la zona comprendida entre Siria septentrional y la península sinaítica.

Por tanto, el idioma hebreo es uno de los más antiguos. La lengua en la que se escribió la mayor parte del antiguo testamento fue una lengua viva, al menos desde el siglo XII hasta el siglo II EC.

El hebreo propiamente como tal, ha tenido tres florecimientos literarios:

  • El paleohebreo o hebreo clásico: llamado por los sabios del Talmud como Leshón Torá («lengua de la Torá») y consta de 7,704 palabras, número que indudablemente no refleja la totalidad del vocablo empleado en aquel período.
  • El neohebreo de la mishná: el Talmud y los escritos rabínicos medievales, que se fecha a partir del 200 d.e.c está influído por el arameo, aunque se halla también en numerosas palabras asirio-babilónicas o acadias y neologismos procedentes del griego, del latín y del persa. Modificó las palabras del hebreo clásico con significados y formas nuevas y precisó con mayor claridad las expresiones de tiempo. Más tarde, la influencia árabe en los escritos filosóficos incrementaron su léxico, al igual que las palabras que se introdujeron de carácter filosófico y científico. Por esta razón, el hebreo postclásico se le conoce como Leshón jajamim («lengua de los sabios») y Leshón bene adam («lengua de la gente»).
  • El eneohebreo o hebreo moderno: el cual se habla y se escribe actualmente. La denominación «lengua hebrea» (Lashón ivrit) es un término acuñado ya en la época talmúdica y aparece en su forma helenizada en el prólogo griego del libro de Ben Sira o Eclesiástico (Εκκλησιαστής), pero se puede leer acerca de 'Sefar Kená’an=habla cananea o lengua de Caná' en Isaias 19.18, pero por el mismo tiempo y posteriormente se la llama yehudit, esto es, jedeo (más tarde judío) nombre que aparece ene sis pasajes. Los rabinos la denominaron luego lengua sagrada (leshón Hakodesh) para referirse al hebreo con fines rituales y religiosos.
Hoy en día, el hebreo es la única lengua hablada que se basa en una lengua escrita. El hebreo moderno o ivrit ha sido declarado lengua oficial (junto con el árabe) del estado de Israel desde el año 1948, y es hablado por la mayoría de su población (unos cinco millones, es decir, 95%) y por otros dos o tres millones en comunidades judías repartidas por todo el mundo (siendo la más grande de todas, la de Estados Unidos, con 195,375 personas aproximadamente), lo que da un total de siete u ocho millones de hablantes.

Al igual que el resto de los idiomas semíticos se lee y se escribe de derecha a izquierda, pero cada una de las letras se dibuja de izquierda a derecha comenzando por el extremo superior. Su alfabeto consta de 22 caracteres y su léxico se basa en el hebreo clásico o bíblico y su sintaxis en el hebreo mishnico o rabínico. Las vocales largas se representan en la escritura por medio de unas consonantes cuyo sonido no existe. En los libros escolares de escritura y en la poesía se emplean los signos de los masoretas, que son puntos y rayas para indicar las vocales.

Se modula la pronunciación siguiendo los pautas de los judíos sefardíes de origen hispano que viven sobre todo en Turquía, Grecia y Bulgaria. Para adaptar la antigua lengua escrita a las necesidades de una lengua actual, se ha necesitado un gran número de neologismos, especialmente en la terminología científica. Solamente el propio Eliezer ben Yehuda (1858-1922). De origen lituano, acuñó cuatro mil a partir de raíces que proceden del hebreo clásico.



Esto fue realmente necesario, ya que el hebreo conocido, era el hebreo escritural usado en la Torá y en los poemas litúrgicos o sinagogales también denominados 'piutim'. Asimismo, han ejercido influencia en este hebreo moderno las lenguas nacionales que traen consigo los inmigrantes judíos, el yiddish y la lengua de los judíos del este europeo o askenazíes, e incorporando numerosas palabras del inglés, el árabe, el ruso y otros idiomas modernos para adaptar la vieja lengua madre a las necesidades lingüísticas del mundo moderno.

Fuentes:


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